domingo, 14 de octubre de 2012

Pricipios del Liberalismo clásico (Artola)



PRICIPIOS DEL LIBERALISMO CLÁSICO
«La organización social clasista, en oposición a la estamental, aún vigente, encuentra su fundamento en dos proposiciones previas:
   1º. Una concepción antropológica según la cual el comportamiento de todos los hombres está determinado por la búsqueda de la felicidad.
   2º. La identificación de la felicidad con la riqueza, tanto porque proporciona los medios de satisfacer las necesidades humanas, cuanto por ser el único procedimiento que permite la cuantificación de la primera.
   Si todos los individuos aspiran a la felicidad y la riqueza es objetivación material, todos pretenderán ampliar sus propiedades mediante la aplicación de su tiempo, su capacidad y su trabajo. Siendo la felicidad-riqueza la única fuerza social, las diferencias de riqueza responderán necesariamente a diferencias en el tiempo, capacidad o trabajo que cada individuo aplique a este fin, de tal modo que la desigualdad de condiciones resultante reflejaría necesariamente la diferencia entre los individuos.
[…]
Por libertad se entiende la capacidad de todos los individuos para intercambiar sus bienes sin tener que someterse a norma alguna de carácter positivo. Por igualdad se entiende que todos tienen las mismas posibilidades legales para alcanzar cargos o patrimonios –igualdad ante la ley-, de tal modo que las diferencias reflejen únicamente las distintas capacidades o dedicaciones de los individuos.
[…]
 Cuando se dan estas condiciones la lucha por la felicidad determina una estratificación en clases, que se definen en función de la riqueza, en tres grupos caracterizados: ricos, pobres y clase media. A diferencia de la sociedad estamental la línea divisoria que separa unas clases de otras permite el desplazamiento de los individuos, que ascenderán o descenderán de nivel social en la medida que aumenta o disminuye su riqueza. Partiendo de estos supuestos se llega finalmente al reconocimiento institucional de la superioridad de los más ricos, identificados con los más capaces, a quienes se reserva, mediante el sufragio censitario, la participación en el sistema político. Tal es, reducido a sus proposiciones fundamentales, el modelo de organización social que el liberalismo propone en oposición al modelo estamental.»
M. Artola, La burguesía revolucionaria (1808-1874)

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